Dentro de poco comenzarán a amarillear las hojas de la Albizia de Constantinopla y a dorarse las bayas de la Pyracantha para deleite de los mirlos mañaneros. Pronto, muy pronto todo lucirá dorado: el cielo en los amaneceres y atardeceres, los árboles se teñirán de oro y el suelo aparecerá alfombrado con un lecho ocre y crujiente.
Otoño en la vida, otoño en mi vida como contrapunto de la primavera de la tuya.
Cuantos otoños vividos a tu lado, viendo como crecías con cada uno de ellos hasta desprenderte de mis brazos y comenzar a vivir los tuyos sin necesidad de mí.
*Foto de Aquí
2 comentarios:
Cuesta adaptarse al crecer del hijo. A veces, demasiado...
Hermoso todo lo que leo.
Un beso grande.
Todos los tonos que llegan en esta época del año, nos enlazan a la madre tierra, desde los ocres más oscuros hasta los brillantes dorados.
Otoños hay en la vida, veces felices, veces amargo, pero uno detrás de otro se van sumando sin poder evitarlo.
Besos.
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