29 de septiembre de 2008

Culpabilidad

En ocasiones he querido justificar, no sólo ante ti sino también ante mí misma, mis actos o acciones que hayan podido causarte daño, diciéndome que los había cometido inconscientemente, arrastrada por situaciones que en determinados momentos se me escapaban de las manos, tal vez obligada por esa interior esclavitud que provocan las circunstancias.
Siempre me he resistido a escuchar esa vocecilla interior que me habla de la semilla del mal que llevo dentro, del oculto deseo de destrucción.


No quiero oírla porque sé que no es así.


Voces acusatorias, lejanas en el tiempo me dejaron inculcados unos reproches que me ha hecho sentir extraña en cualquier parte, en cualquier momento, en cualquier etapa, incluida la maternidad.


Solo si miro muy adentro de mí misma me considero una buena persona humana, una buena madre.
Y no hay contradicción a esto porque en mi hacer para contigo siempre ha habido amor, un inmenso amor.


Hoy, mientras desciendo por el estrecho sendero que rodea a la casa, me pierdo en estos pensamientos.
Miro al frente en este otoño gris que torna azules las piedras de este camino, en esta tarde serena de cielo casi rojo, y pienso en ti, en el castaño de tu pelo, en tu infantil sonrisa, en tus manos pequeñas, estampa de antaño.
Recuerdo nuestras risas y nuestras palabras confidentes que se quedaron retratadas en aquel tiempo, y que han dejado en el presente el perfume, la voz del recuerdo que publica una ausencia espiritual, la evocación de unos ojos ante el temor de que un día no me amases con ese amor limpio de hijo, correspondiendo a mi amor desinteresado de madre, nacido cuando tu carne estaba dentro de mi carne.


Y me llega de lleno el recuerdo del tiempo que duró tu ausencia.


Fotografía de Este Lugar

No hay comentarios:

2009 Marrón Dorado - Powered by Blogger
Blogger Templates by Deluxe Templates
Wordpress theme by Dirty Blue