Desde un tiempo a esta parte, que en realidad es relativamente corto, me asalta un atisbo de temor que no llega a hacerse patente del todo, posiblemente debido a que una parte inconsciente de mí se resiste a sacarlo a flote.
Son tus palabras, tus confidencias a medias, las que lo provocan. Cobardemente yo no quiero ser conocedora de ello.
Queriendo aparentar impasibilidad espero a que el reloj del tiempo me muestre una respuesta.
Conocedora aún desde lo más profundo de que hay algo oculto en el tiempo, aguardo y por momentos me desoriento.
Recuerdo “El hombre Eterno” y el temor se hace más patente.
Y me digo que estoy equivocada.
(Imagen de aquí)
Miguel Schweiz Donde se posa el Sol
Hace 2 años
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