A veces mermaba
mi autoestima y no me sentía capaz de demostrarte todo el amor que sentía
dentro. Fue una época que ahora recuerdo ambigua, llena de recovecos en los que
se escondía la afinidad y la compenetración.
Era tu época
adolescente.
En aquel
tiempo me costaba una inmensidad poder llegar hasta ti, y eso me hacía sentir
hundida.
No alcanzaba
a comprender entonces la confusión que podías estar sintiendo tú al adentrarte
en una etapa tan vital y tan importante. Tan delicada.
Me pregunto
hoy si obré bien con mi actuación para contigo e intuyo que tendrás muchas
cosas que reprocharme. No siempre hacemos lo adecuado, tal vez si pudiera
cambiaría muchas cosas.
Sin embargo
me siento muy orgullosa del resultado de todo aquello, que te hizo llegar a ser
lo que eres hoy: Un ser inigualable.
Te quiero
tanto…
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