Hoy, quizás por primera vez, he sabido meterme dentro de tu piel y al menos creer sentir lo que tú sientes. Un cúmulo de sentimientos se ha apoderado de mí, sentimientos revueltos e incluso contradictorios, pero sobre todo de comprensión y culpabilidad.
No he sabido. Realmente nunca he sabido (y desgraciadamente jamás sabré), contar hasta diez antes de actuar o reaccionar. Demasiado impulsiva, demasiado pasional, demasiado inconsciente.
Cuanto me duele el daño que te hago y el que he podido hacerte; cuanto desearía poder pedirte ese perdón que tanto deseo y necesito. Pero sé que tú eres ahora inaccesible a ello. Como un caracol asustado te has escondido en tu concha y segura estoy que ninguno de mis intentos llegará a buen puerto.
Ahora te siento como aquel adolescente al que no era capaz de llegar. Tú has puesto mucho más que yo en esto, has sido tú el que dio el primer paso hacia el acercamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario