
¿Estamos lejos de casa mami?
No tesoro, casa está a tan sólo unos pasos. Estamos en el camino que hay detrás de ella.
Y tú volviste a soltarte de mi mano. Miraste al cielo y lo encontraste claro y limpio, pero ese cielo desapareció de tu vista borrado por las ramas que se cruzaban formando una tupida bóveda.
A mí me pareció como el si el tiempo se hubiera detenido manteniéndonos a los dos unidos en una grata complicidad.
Fue entonces cuando zumbó una abeja junto a tu oído y tú diste un repentino salto hacia detrás refugiándote en mi regazo.
No pasa nada Tesoro
Tú mantenías la carita escondida contra mi cuerpo. La abeja se alejó siguiendo impávida su camino.
No te hará daño si tú no se lo haces a ella. Como en la vida de las personas, no debemos hacer daño si no queremos que nos lo hagan.
¿Sí mami?
Sí, Tesoro.
El camino se retorció caprichosamente y nosotros decidimos regresar a casa. La tarde descendía vertiginosamente a pesar de ser primavera.
Foto de Aquí
2 comentarios:
Precioso, simplemente precioso.
Tus palabras me sonrojan.
Publicar un comentario